El mundo del té: para gustos... ¡los colores!

El otoño y el invierno son los momentos que más invitan a disfrutar de una reconfortante taza de té bajo una mantita mientras la lluvia resbala por los cristales, ¿verdad?. Pero cuando llegan los días largos y calurosos de la primavera y el verano, un té con hielo puede ser también de lo más refrescante y apetecible.

Está claro que si el té es la bebida más consumida en el mundo después del agua...¡será por algo!

Eso sí: hay tantas variedades que en ocasiones resulta difícil elegir. Todas proceden de la misma planta, la Camellia Sinensis y contienen gran cantidad de antioxidantes, pero difieren algo en sus propiedades y bastante en su sabor.

¿Quieres saber qué es lo que hace especial a cada tipo de té? Empecemos por distinguirlos en función de su color. 

Té negro energizante

El té negro es el que hasta hace unos años, cuando todavía no se habían popularizado en nuestro país los otros tipos de té, te ponían por defecto cuando pedías un té en una cafetería. Es de color marrón oscuro y se obtiene dejando fermentar y secar las hojas de la Camellia Sinensis. De todas las variedades de té, es el que tiene un contenido de cafeína (o teína, aunque en realidad el principio activo es el mismo y sus efectos también) más alto debido a su alto grado de oxidación. Tiene un sabor ligeramente amargo y algunas personas lo toman para desayunar, en vez de café, con leche o leche vegetal.

Además de solo, puedes encontrar té negro mezclado con especias, chocolate, frutas, flores… ¡Lo hay para todos los gustos! Entre las mezclas más populares (que son también las variedades de té de Comercio Justo que más suelen gustar) figuran el Earl Grey (con bergamota) y el té chai (con canela, cardamomo, jengibre, clavo y, en algunos casos, pimienta negra y anís). Pero tienes otras opciones algo más dulces, como el té negro con caramelo, o más energizantes, como el té con guaraná y ginseng.

Antioxidante té verde

El té verde tiene un sabor más suave y mucha menos cafeína que el té negro debido a que las hojas no llegan a fermentar ni a oxidarse porque se secan nada más ser recolectadas. Debe ser infusionado con agua a menor temperatura (a entre 70 y 80 grados) durante menos tiempo que el té negro, no más de tres minutos, para que no sepa demasiado amargo. Los taninos son los responsables de este sabor amargo y le proporcionan un gran efecto antioxidante.

En el mercado existen muchos tipos distintos de té verde, algunos con frutas o especias que le dan un toque delicioso. El limón y el jengibre le van especialmente bien y potencian sus propiedades antioxidantes (y el té verde con menta es también muy disfrutado, y en países como Marruecos es toda una institución).

Una variedad de té verde es el matcha, que es la hoja de té verde pulverizada.

El té matcha se disuelve directamente en agua a 70 u 80 grados batiéndolo con una pequeña brocha de bambú.

Es el protagonista de la ceremonia japonesa del té o Cha No Yu. También se utiliza con frecuencia en repostería y como ingrediente de zumos y batidos.

El té blanco o de la eterna juventud

El té blanco está compuesto por los brotes más tiernos de la Camellia Sinensis, que son recogidos cuando aún conservan un leve vello blanco. No es sometido a ningún proceso de fermentación y oxidación, lo que le otorga un sabor muy suave y sutil. Tiene un gran contenido en sustancias antioxidantes. Quizá por ellos en la antigua China era considerado el té de la eterna juventud. También es conocido como té de la belleza. Al igual que el resto de las variedades de té, se puede consumir solo o mezclado con flores o frutas.

Nuestra variedad de té blanco con pétalos de flores (rosa, malva, caléndula y vainilla) es una de las más selectas.

Té rojo o de los emperadores

El té rojo o pu-erh es conocido como té de los emperadores porque en la antigua China estaba reservado a la alta nobleza. Es el resultado de someter a las hojas de té a un proceso de doble fermentación, lo que le proporciona un color oscuro y un sabor terroso muy fuerte. Se puede encontrar mezclado con especias, vainilla o chocolate, pero su característico sabor de fondo siempre prevalece.

Al igual que el té negro, el té rojo pu-erh contiene bastante cafeína, por lo que, si eres una persona nerviosa o con problemas de sueño, conviene que lo consumas con moderación. Además de las propiedades antioxidantes que comparten todas las variedades de té, se le atribuyen propiedades depurativas y potencia el metabolismo de las grasas.

¡Ojo! Mucha gente confunde el rooibos (una infusión sudafricana que nada tiene que ver con el té) con el té rojo, y… ¡nada más lejos de la realidad! Si te interesa conocer las fabulosas propiedades del rooibos, aquí te las contamos.

Té azul o del dragón

Por último, el té azul u Oolong (que significa “té del dragón negro”) se obtiene a través de un proceso de oxidación de los bordes de las hojas exteriores de la planta que requiere que estas sean sacudidas o frotadas entre las manos. El té azul tiene un sabor un poco más intenso que el té verde, pero menos fuerte que el té negro o el té rojo y comparte con todas las demás variedades sus propiedades antioxidantes. Se puede consumir solo, pero mezclado con azahar y cáscaras de naranja está especialmente bueno.

Ahora que conoces las características de cada tipo de té en función de sus colores, ¿no tienes muchísimas ganas de probarlos todos?

Té de cualquier color, pero ¡té de Comercio Justo!. 

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Al elegir té de Comercio Justo no solo estarás apostando por tés de las mejores variedades y calidades: también estarás garantizando que las personas que lo cultivan reciben un salario digno por su trabajo y pueden llevar una vida feliz y con oportunidades de un futuro mejor.

¡Que los disfrutes!

(Para entender mejor todo el alcance de lo que es y significa el Comercio Justo, te recomendamos nuestro artículo "¿Qué es el Comercio Justo? ¿Y tú me lo preguntas...?" Seguro que después de leerlo no querrás disfrutar de ningún otro té del mundo)